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Te doy la bienvenida a este lugar, mi terreno fértil, donde siembro mis semillas y las cuido con mucho cariño. Las riego, las abono, les quito las malas hierbas..., y cuando son mayores las acaricio con la fuerza del Aire y las caliento con la vitalidad del Sol. Finalmente se alzan poderosas,  elevándose hacia el Infinito, alcanzando las nubes, y aún más, superando lo imposible. Son otro reto superado, otro sueño cumplido; así, desafiando la gravedad, levitando más allá del espacio y del tiempo, doy las gracias y comienzo de nuevo. Maite Pérez-Pueyo