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Mostrando entradas de febrero, 2009

Claridad

Cuando me limito a una caja de cerillas y de velas sin encender, tras una tarde sosegada, más nítida, con un espejo frente a frente, en la pared, y observo mis uñas llenas de jabón blandito, espero que al levantar la mirada estés sentado en el sofá mullido, ése del centro. Si todo está vacío y el estor amarillo ya no ve la luz del Sol, ni traspasa la cortina azul la selva urbana de niños y buses, yo me limito a observar desparramada de ingenio y gozo la sombra en el suelo, y espero, sin ansia, mi propia llegada que, ¿será tu reclamo? Un dile, y ve, y vete, lleno de razones, miles de tirones, jadeos y tensiones, escrúpulos baratos de cochinos bastardos milenarios, toneletes... No basta, no, no es suficiente. Autora:  © Maite Perez-Pueyo

Química

En estados alterados, como dicen en la tele, puedo finiquitar temas aislados de mi vida, mas no puedo retener imágenes corrientes de mi círculo vital. Es curioso cómo, de momento, en los grupos en los que acostumbro a estar, suelen mostrarse hombrecillos dignos de reconocimiento y mujeres faltas de costumbres dignas para llamarse como tal. No me gusta que me tilden por mis acentos, ni que me tachen por mis ataduras. Soy una persona común, con mis amaneramientos, flujos y reflujos como todas las demás. No me negaréis que a estas alturas, aunque tenga que llevar gafas, (o lentillas), no me doy cuenta de las diferencias que creamos entre todos los que estamos. Es la droga conceptual, el problema que formamos; nos aburrimos sobremanera y todo debe justificarse, debe haber una excusa, una base para un ser, "o nada tiene sentido, no lo puedo entender"... Complicarse y embrollarse. Darle vueltas a lo que no lo merece. Basta ya. Sentir delirios, cortar tensi