Cuando me limito a una caja de cerillas y de velas sin encender, tras una tarde sosegada, más nítida, con un espejo frente a frente, en la pared, y observo mis uñas llenas de jabón blandito, espero que al levantar la mirada estés sentado en el sofá mullido, ése del centro. Si todo está vacío y el estor amarillo ya no ve la luz del Sol, ni traspasa la cortina azul la selva urbana de niños y buses, yo me limito a observar desparramada de ingenio y gozo la sombra en el suelo, y espero, sin ansia, mi propia llegada que, ¿será tu reclamo? Un dile, y ve, y vete, lleno de razones, miles de tirones, jadeos y tensiones, escrúpulos baratos de cochinos bastardos milenarios, toneletes... No basta, no, no es suficiente. Autora: © Maite Perez-Pueyo
Desafiando la Gravedad en este espacio virtual desde 2006 . Alquimista Visual @maitentacion