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LUNA LLENA (LUNA DE LA COSECHA) Ilumina mis noches interiores  cuando brille el Sol en lo más alto. Alcánzame cuando estire los brazos  y tape los destellos de mis incógnitas sin resolver. Agradezco tus regalos en mis plegarias  cada día,  más ahora si cabe, bañadas de una suave ilusión  con sabor a beso decadente. Agradezco tus mensajes una y otra vez,  mientras leo mi interior leonado, salamandra de fuego nacida en agosto  que mira hacia fuera y salta sin red. Agradezco la compañía que me has otorgado,  musas de terciopelo y seda, enfundadas con hábitos de cuero,  unidas en suave monja oriental. Ilumino tu estampa al caminar  por la rampa de la vida y subir hasta ti día a día. Te seguiré cuando alargues tu nariz  y sonrías más aún, más todavía. Autora: © Maite Perez-Pueyo

Introspección. Recojo lo sembrado, aprendo mis momentos.   Disfruto lo vivido, ilumino mi presente  con la llama del pasado. Me estrecho entre mis brazos, enciendo mis noches con la mecha del amor. Preparo nueva etapa, subiendo en la montaña de la vida, paso a paso, golpe a golpe, sin pausa y sin dolor,  desafiando luz del día con mi aspecto bicolor. Olvido lo pasado, saco el jugo al espíritu olvidado clarificando, alargando las estancias inconfundibles del alma, aportando mi nueva dote a mi programación.

Mira que ayer fue un día bonito...  Desde hacía tanto tiempo que no sentía algo así: Lluvia y más lluvia, fresquito y pies mojados. Mi corazón se refrescó con lo húmedo, las pisadas eran cortas, el momento estirándose me mostró un universo azul, perenne. En verdad nada es para siempre, sólo el momento. Autora: © Maite Perez-Pueyo

Y yo te desafío, estrecho tu pecho contra el mío, me apoyo en el dulce contenido de tu mente, libero tus sueños plácidos cada día. Y desde el infinito, cabalgo aún más lejos si cabe, repaso tus metáforas ardientes, me instigo a perseguirte. Autora: © Maite Perez-Pueyo

El sentido trastoca las ganas de vivir. El ingenio sacude las arañas del corazón. Mi sombra acude al rincón del armario, donde/dónde estabas tú mientras tanto. El misterio se llama a sí mismo invento. El trasfondo te mira de reojo en sentido inverso. Mi sacudida de brazos es violenta, cuando hay viento nada se me escapa. El salto al vacío no me dio miedo. El gato me acaricia con su sombra estirada. Mi sonrisa transparenta la ilusión del momento, porque es dulce la inspiración por tu encuentro. Autora: © Maite Perez-Pueyo

En la película infantil que vi aquella tarde no había ninguna chica rubia. El color de las uñas de la protagonista no era rojo. Sus piernas no eran largas y no usaba zapatos de tacón alto. No me gustó. En mi sueño premonitorio de aquella noche apareció un hombre con maquillaje. Sus ojos llevaban lentillas de color azul oscuro. Se había hecha la manicura y llevaba un brillante como el mío en uno de sus dientes. Me fascinó. La conquista del paisaje, a través de la tinta, en el papel, fue proporcional a los requisitos previos, antes de empezar a ver la película. El goze de la pesadilla, entubado en un plástico estelar, acongojó a los señores formales que esperaban fuera de la sala para ponerme la nota final. Autora: © Maite Perez-Pueyo

Es la ruptura la narración más sencilla: Intervienen tu éxito y mis ganas de vivir. Melodías estrelladas en la tumba del sentir-miento; me agarras, te abrazo, me iluminas, te deseo. Re-Invenciones aplicadas con risa de plata, estridentes pájaros que intervienen tu elixir. Quedan tristes, solas quedan, mas serenas, sin contemplación, tu alma se implica al dormir. Menos contrastes y más carcajadas, más pellizcos sanos y menos temidos. Si te piso un pie pellízcame el (...) Autora: © Maite Perez-Pueyo