"Plástico Estelar"
En la película infantil que vi aquella tarde no había ninguna chica rubia.
El color de las uñas de la protagonista no era rojo.
Sus piernas no eran largas y no usaba zapatos de tacón alto.
No me gustó.
En mi sueño premonitorio de aquella noche apareció un hombre con maquillaje.
Sus ojos llevaban lentillas de color azul oscuro.
Se había hecha la manicura y llevaba un brillante como el mío en uno de sus dientes.
Me fascinó.
La conquista del paisaje, a través de la tinta, en el papel,
fue proporcional a los requisitos previos, antes de empezar a ver la película.
El goze de la pesadilla, entubado en un plástico estelar,
acongojó a los señores formales que esperaban fuera de la sala para ponerme la nota final.
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