La marabunta ordenada es un caos sin techo ni raciocinio. No te basta con citar tus cuentas de vez en cuando, que aún tienes que machacar mi cabeza con historias frenéticas. La melopea que siento desde que ahondaste en la ciudad no es pequeña y tiemblo sólo de pensar que puedes callar mi voz esta noche. Mas si yo no lo permito, no lucharé contigo, aunque seas curiosa mezcla de ave de rapiña y babosa chupóptera cleptómana de energía positiva. Tenderé una trampa a mi más preciada hostilidad y no la dejaré aflorar. Olvidaré por un momento la walkiria exquisita en que me convertí un día de verano, y viajaré hasta más allá de las nubes transportando mi locura. No hay mal que por bien no venga y éste será nuestro portal, aquél cuyas almas se limitan a contemplar desde fuera, frustradas; nadie puede entrar en semejante laberinto. Autora: © Maite Perez-Pueyo