El ejército del Abedul Verde

Siempre que un cuerpo entero se retira de repente me pregunto: ¿cuándo llegará el siguiente? Esto se lo preguntan sobretodo las niñas rotas por las circunstancias, en el momento culminante de la palpitación.

Si tu estrella es roja no temas: brillará por siempre jamás en un país inacabado. Tu sombra es perenne, aunque le dé miedo a los niños famélicos de la región del este.

En Transilvania conocí a un señor dentudo, no enmascarado, que me deleitaba con noches locas y elegantes. A veces echo de menos sus llamadas telefónicas. Ten en cuenta que, aunque todavía guardo su capa, mis noches no son largas aunque lo parezca: yo también huyo de lo cotidiano transformándome en una blanca diva impopular.

Así que, si alguien te pregunta por las tropas del abedul verde, y tú piensas que todo ha terminado, no tienes más que mirarte en el espejo, darte la vuelta, girar tu cabeza por encima de tu hombro izquierdo, y curiosear con mucha jeta: si hay una tortura en los últimos días de tu vida, es que supiste terminar con la guerra.



Autora: © Maite Perez-Pueyo

Comentarios

Luis Borrás ha dicho que…
Hola Maite.
Primero quiero expresarte mi emoción al leer algunos de tus textos.
Te he incluido en mi lista de escritores.
Luego quiero pedirte una de tus fotografías de tu galería de Flickr. Tengo un pequeño texto, muy breve, que creo le vendría bien.
Ya de dirás.
Un cordial saludo
Unknown ha dicho que…
mayte te leo y me asombras, eres una de las nuestras, de esas divas hadas princesas, seres que estamos impregnados por una luz especial para expresar las cosas, sencillamente me encanta este post
Sara, estoy leyendo y releyendo lo que me has dicho y estoy llorando porque no puedo creerlo. GRACIAS.

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