Tu sabor es amargo y por añadidura, lento y sofisticado

Tenía que saber si, en un momento dado, aquel muchachito que salió de las sombras te perteneció. ¿Supo que tú le habías salvado la Vida? ¿Lo imaginó, lo pensó, lo creyó, lo inventó? 

Tras el cristal ya nada volverá a ser, si no es por tu invalidez permanente no sé cómo puedes sobrevivir a semejante golpe.

Es un ser sin estar sintiendo, una gota de mermelada grandilocuente y áspera si llega el caso. Incluso cuando tú te hayas ido, su lamento seguirá aquí. La risa, si la hubo, formará parte del azúcar; su pólvora alimentará los deseos de jugar de la niña, aún cuando tú te hayas ido. El seguirá aquí.

Te contemplas desde un lado y, cuando yo me asomo a la estancia, en lugar de cruzar de puntillas, arrastras las suelas de tus pies camuflados con hilos de colores. Dibujas con las uñas de tus pies un círculo imaginario. ¿Las dejaste crecer sólo para este momento? Eres especial hasta para ese detalle, me encantas...

Tus ojos son un barrido fraudulento, de eso no hay duda. Ya no te creeré. Más.


Autora:  © Maite Perez-Pueyo

Comentarios

Pharpe ha dicho que…
Creo que sólo te puedo decir ánimo y otros momentos mejores vendrán. Besos
El momento amargo lo está viviendo otra persona, no muy cercana pero conocida por mí. Una experiencia muy traumática de la cual espero que aprenda algo bueno. Más que nada para seguir adelante con energía y con fe. Gracias.
Eduardo ha dicho que…
Las mentiras y metirosos, siempre se cogen aunque algunos se las creen y hacen una realidad ficticia, que al final cae como goliat en la tierra.
Efectivamente, Eduardo. Hay quien dice que siempre está bien cuando no es cierto. La apariencia no es lo importante, los demás no somos tontos. Todo cae por su propio peso y cada cosa se pone en su sitio.

Entradas populares