Eléctrica
Tras el paseo surgió una nueva pregunta. La respuesta se encontraba, como siempre, intacta, aún sin descubrir. ¿Cómo es posible que, después de lanzarse y vaciar sus bolsillos, todo a un mismo tiempo, no supiera por qué demonios estaba aquí?
El viento agitaba y retorcía; la espera, madura, protegía. Su conocimiento, superior: A pesar de tener enredones y recibir sacudidas, Sabia sabía mantener un Equilibrio. Las plantas de sus pies, fuertemente adheridas al suelo. Extremidades relajadas con rodillas no tensas abiertas a la altura de las caderas. Pelvis y ombligo, centro de su Mundo mundial. Y la Respiración... Así sí.
Autora: © Maite Perez-Pueyo
El viento agitaba y retorcía; la espera, madura, protegía. Su conocimiento, superior: A pesar de tener enredones y recibir sacudidas, Sabia sabía mantener un Equilibrio. Las plantas de sus pies, fuertemente adheridas al suelo. Extremidades relajadas con rodillas no tensas abiertas a la altura de las caderas. Pelvis y ombligo, centro de su Mundo mundial. Y la Respiración... Así sí.
Comentarios
Precioso.
Besicos