Oscura. Tu mañana, después.
Tu Noche es mi día, rebatido entre miles de granjas
y zenobias inscritas en parasoles guardados del Zen.
Mi Día esta revuelto y, mientras tanto, yo te animo
a invitarlo a tu Noche para bañarlo en gotas de alcohol y pez.
Uno a uno lograremos disminuir
los efectos del eterno camprubí.
Tú más Yo somos un Dos sin debatir,
místicos felinos en la Casa.
La Casa de Dios, the House of God,
el Castillo Inteligente, o como diría un lugarteniente,
el eterno chanchullo barracudo; no lo ví.
Sé que besé. O soñé. Te vi.
Autora: © Maite Perez-Pueyo
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Día o Noche, siempre Vida, Divina, Sideral.